Nacido hace ya 27 años en Sevilla, soy un enamorado del
Camino de Santiago: lo he recorrido siete veces (por diferentes rutas) y
escribo un libro ambientado en el mismo. Sin ir más lejos, el pasado verano
cuando, junto a un amigo de Sevilla y cuatro amigos que el camino fue poniendo
a nuestro lado, recorrí los 69km que separaban Palas de Rei de la Catedral
Compostelana…
En mi última aventura, al llegar a la Oficina del Peregrino
surgió la idea de completar en un día los 100km necesarios para recibir la Compostela
(documento que acredita que has completado por motivos piadosos un mínimo de
100km de la peregrinado a pié, y razón por la que los últimos 100km del Camino
se masifican) a modo de reto-locura: explorar nuestro límites a la vez de que
hacer un número “redondo”.
En el hito que marca los 100km a Santiago (año 2005)
¿Motivación para castigar al cuerpo de esta forma? No cabe
duda que supone un reto a nivel físico y mental de importantes dimensiones, y
este tipo de cosas siempre me han atraído. En primeros Caminos hacer 30km ya
parecía una exageración, poco a poco fui subiendo hasta los 40km e incluso
rebasarlos. Este verano completé 69km (llevando casi 700km encima), y ahora es
el momento de darle una nueva vuelta de tuerca. Si a eso se añade la presencia
de grandes amigos, que también se unen a la aventura, las ganas de afrontar el
reto y las opciones de superarlo se ven infinitamente multiplicadas.
Además, esta pequeña locura que vamos a llevar a cabo nos
permite hacer “ruido” y llamar la atención sobre un problema “desconocido” para
la gran mayoría de la gente. ¿Qué más razones hacen falta? Mi respuesta es
clara: NINGUNA. ¿Por qué me meto en estas burradas? Muy simple, ¿y por qué no?
El 16 de Junio de 2012 seré uno del grupo de amigos que se
partirá dirección a Compostela con la única ayuda de mis pies y el apoyo de mis
amigos y demás valientes que se nos unan.
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